El sol de Illinois

El sol de Illinois

miércoles, 23 de abril de 2008

Primavera


Queridos amigos míos, ya es oficial, ya es indiscutible, ya es innegable: la primavera ha llegado definitivamente y los momentos oscuros parecen quedarse atrás. Parece que están lejísimos, casi como si nunca hubieran sucedido.

Os escribo ahora mismo desde un parque lateral del Illini Union, en una terracita pública absolutamente tranquila y encantadora, cómodamente sentada al aire libre "a la sombra de una sombrilla" tras salir del trabajo, disfrutando de los 27º C que hay hoy en esta parte de Illinois, y sintiéndome feliz a más no poder con la brisa que me acaricia y con el sol que dentro de un par de horas se esconderá un día más. He comido shushi y un helado de chocolate mientras le escribía un mail a una persona muy, muy especial; estaban ambas cosas riquísimas, el shushi y el helado, y el mail también me ha sabido riquísimo, y hay un montón de ardillas correteando por aquí (esto está lleno de ardillas, incluso en invierno), y una torre altísima da las campanadas cada cuarto de hora al otro lado del parque (ya sabéis lo muchísimo que me gustan las campanas); la gente pasa en bicicleta o en pantalones cortos, o se sientan con sus portátiles a comer helado o a estudiar en esta pequeña terraza, como yo.  Hay una fuente preciosa con una figura original que parece un Cupido, pero no un Cupido infantil, sino un Cupido adulto, lo cual me ha parecido lo mejor que podría pasarme hoy, no sé por qué. Amor adulto, eso me gusta. 

Estoy sentada en el centro de una pequeña burbuja luminosa y cálida, protegida de tanta sordidez como hay en este estado.

Sólo lamento no tener ahora mismo la cámara de fotos conmigo para enviaros algunas en este preciso instante, vía blog. Y tener que irme a casa a seguir currando. Pero me siento feliz, sentarme aquí a escribir ha sido como darme un masaje en el corazón. Además, volveré a comer aquí muchos días, seguro, y tendré oportunidad de mandaros fotos, no sólo de este rinconcito que he descubierto, sino del centro del campus en primavera, para que veáis lo bonito que está. 

Mi primer helado de la temporada ha inaugurado sin vuelta de hoja la primavera para mí, así que con estas sensaciones y con esta premisa no tengo más remedio que ser feliz. Un beso a todos. ¡¡Ahí están las campanas!! Me voy a comprar leche y a casa.

3 comentarios:

Bosco dijo...

Madrid se despierta perezoso a la primavera. Después de un par de semanas lluviosas este jueves aún se resiste a dejar un sol brillante en el cielo si bien las previsiones para el fin de semana son muy apetecedoras.

Los rincones mundanos son síntoma de vida. Las ardillas, son vida en si mismas. Las gentes yendo y viniendo también. Y el sol en la cara reaviva las maltrechas células de la piel de las personas que se alegran con la simple sensación. Parece imposible que en estas condiciones haya pena, tristeza o motivos que muevan a nadie hacia la desesperación.
Más siempre hay un pero que en esta ocasión tiene forma de oscuridad. La oscuridad de los que no salen de su caparazón para disfrutar de lo que la naturaleza nos brinda. Y es que a veces se nos olvida este juego. Tenemos que conseguir enganchar a todos para que se tomen su helado de chocolate. Por lo anterior y también porque los helados están muy buenos.
Entre tanto, aprendemos a seguir el sendero, a no querer correr a ver que hay detrás del siguiente árbol pues la precipitación no nos conduce a nada y, además, la novedad acaba desapareciendo. Como siempre. Quizás porque llega un momento que hemos visto demasiadas ardillas.

Lo bueno que tiene este sendero, sin embargo, es que si uno se fija, en cada hoja, en cada árbol, en cada matorral hay una sorpresa pues cada ardilla es diferente. Siempre hay algo diferente. Algo que de repende nos hace fijarnos en una estatua junto a una fuente ovlidada comida por la maleza, un querubín quizás, o nos hace perder el control y acabar revolcandonos sin saber como manchando un impecable traje de lino blanco con virutas y humedad verdes que nu ca saldrán.

Una gran parrafada sin mucho sentido, o com más del que parece, la anterior. Pero ya conocéis a Bosco, con su capa aún en verano.

Y hablando de innovación. Ya parece haber fecha pra el próximo Enjoy...Como siempre, en Septiembre. Aún queda tiempo. Tentative, el 20-21 de dicho més. En esta ocasión con muchas novedades. Pero eso ya es otra historia.

Unknown dijo...

¡Qué bien Rosa!, ahora ya empieza lo bueno entonces, a vivir para afuera en lugar de para adentro. Esperamos esas fotitos.
Ah, y yo me apunto a un helado de limón sin problenas.

Rosa dijo...

Javi, críptico y nostálgico como siempre. ¿A quién estás tratando de sacar de su caparazón, y todavía se niega? ¿A qué mujer estás emborrachando con rosas y atenciones? :) ¿O es Bosco el que se encierra en su cripta? Sabes que a Bosco nunca le ha gustado mucho el sol, pero ahí radica su encanto precisamente.

El del traje de lino quién fue? Hugh?

Paula, ese helado de limón está hecho. Será lo primero que nos tomemos cuando vuelva a Madrid.