El sol de Illinois

El sol de Illinois

jueves, 10 de abril de 2008

Diario de fumadora y reconciliación con Urbana


Cual delincuente que no puede dejar de confesar sus crímenes, os anuncio que el martes (día horribilis donde los haya, pero no me justifico, porque no tengo justificación: soy así de débil), me dejé vencer por la tentación... (todos a coro: ¡oooohhhh!) Creo que si hubiera asesinado a un niño no me habría sentido peor :( 

Al menos, he vuelto a dormir. Es lo único bueno que le veo. No os contaré mi ordalía del martes, porque no os la creeríais. Sólo diré que no me he dado por vencida ni mucho menos, y le tengo más odio que nunca a este vicio traidor. Esto me ha servido para darme cuenta, no sólo de que soy tonta, eso ya lo sabía, sino de hasta qué punto estoy enganchada y hasta qué punto el vicio es ladino y pertinaz. Tendré que ser más lista que él. Ahora he cambiado mi estrategia y ayer y hoy estoy fumando sólo cinco cigarros al día, esperando a que pase el SPM (como decía Pedro en los mails, al final creo que no será necesario llamar a los "cops" con dardos tranquilizantes para grizzlies) para volver a intentarlo, aunque no será absolutamente inminente, porque el domingo y el lunes (y el martes con la recaída, especialmente), lo pasé tan mal, que en estos momentos estoy muy desilusionada y decepcionada conmigo misma, así que no será este fin de semana cuando pase el nuevo maratón intensivo de malas sensaciones. Si consigo mantener este ritmo tan escasísimo de fumar (escasísimo para mí), creo que la próxima vez será mucho más fácil, y espero que se me de un poco mejor. Eso espero. En el fondo sé que es ahora cuando no debo dar por absolutamente perdido lo poco que he conseguido, porque las recaídas son normales, ocurren o pueden ocurrir, y eso no quiere decir que haya que abandonar hasta vete tú a saber cuándo. Intento repetirme esto a mí misma y convencerme de ello. Aún así, mantener el vicio mínimamente bajo control y esquivar tantísimos cigarrillos al día como me vienen al pensamiento, me sigue costando un poco, aunque mucho menos que antes. O sea, algo, algo he conseguido, quiero verlo así. Me preocupa un poco el hecho de que el primer cigarrillo que me fumé el martes me supiera tan mal, cosa que me impactó muchísimo, y ahora ya me esté acostumbrando de nuevo a sabor. 

Por lo demás, y hablando ya en general, ahora que puedo pensar en otras cosas a parte del tabaco, os diré que me he vuelto a reconciliar de nuevo con esta ciudad. Todo está muy bonito, las niñas van con sandalias y los niños con camisetas de manga corta ya, aunque todavía no hace un tiempo veraniego, y algunos días hace bastante fresco, especialmente por las mañanas. Pero al mediodía ha hecho momentos casi de calor, por ejemplo ayer. Estas experiencias son tan inusitadas por aquí para mí, que me daban ganas de llorar de agradecimiento. Eso sí, el clima sigue siendo cambiante e impredecible. Esta tarde ha caído una tormenta impresionante, con los mayores truenos que yo he oído en mi vida. Los próximos días parece que no va a llover mucho y que va a salir el sol a ratos y eso me anima muchísimo; no os puedo explicar por qué me afecta tanto el clima aquí, pero se está convirtiendo en algo fundamental para mí. Aunque en general estoy de nuevo contenta y tranquila, y he recuperado por completo las ganas de estar aquí, de permanecer aquí el tiempo que haga falta, y de hacer actividades extra-laborales. 

¡!Ah, y esta semana he podido salir, por primera vez, sin las botas de oso!! ¡¡¡¡¡Síiiii!!!!!! ¡¡Mi momento más soñado, no sabéis qué felicidad me ha producido eso!! Ahora llevo unos zapatitos  de nada, ligeros como el viento, completamente planos y maravillosos que me hacen sentir liviana y primaveral y me dan ganas de correr (de hecho, he corrido por el césped camino del autobús, de pura exaltación y alegría al sentir el césped bajo mis pies). Y desde ayer puedo incluso dejar los guantes y la bufanda y el abrigo invernal y ponerme un abrigo de entretiempo, preciosísimo, que apenas pude ponerme en Madrid y que estaba deseando estrenar aquí (aunque por la mañana a primera hora he pasado algo de frío, pero no mucho). O sea, empiezo a sentirme persona en lugar de bulto sospechoso y temblón. Me voy a comprar unas sandalias y en un par de semanas, a ver si el tiempo lo permite, quitarme las medias e ir con los pies semi-desnudos. Ya os digo que las chicas ahora mismo van así, pero no hace tiempo para ello todavía.

Mañana salgo a comer con la mujer de mi jefe, Helen, que quiere jugar a ser mi madre y se preocupa mucho por mí, lo cual le agradezco infinito aunque me sabe muy mal porque no es en absoluto necesario, pero es que es una mujer extraordinaria. Espero pasarlo bien. Ya os contaré. Quiere dejarme una tele pequeñita para el apartamento porque ha puesto el grito en el cielo cuando se ha enterado que sigo sin televisor. No me extraña. Como os decía a algunos de vosotros estos días de atrás, vivimos en un sistema donde algún día se multará severamente a los que no consuman más de dos horas de televisión al día, que es el aro más eficaz y eficiente por el que hay que pasar y por el que se nos modela a la misma imagen y semejanza que "el gran hermano". ¿Cómo no va a ser escandalizable, y hasta penable, que no se vea la tele? Si hasta yo misma me asombro de seguir más o menos medio normal y que no esté empezando a mutar. Total, que Helen se ha alarmado grandemente cuando se ha enterado de que hace casi tres meses que no veo la tele. Hasta yo me alarmo, cuando lo pienso un poco... Aún así me resistiré, como me resistí el otro día cuando me lo propuso (quería venir inmediatamente a mi casa a traérmela, y tuve que prometerle que mañana viernes cuando fuéramos a comer, hablaríamos de la tele e intentaría dejarme convencer por ella, pero la engañé: no quiero tele. Aunque de verdad se puso muy bruta, a lo mejor tengo que ceder, ya veremos)

Y nada más. A lo mejor, en vista del relativo éxito que tuvo, al parecer, mi mail sobre el momento en el que conocí al español que trabaja en mi departamento, transcribo para este blog el contenido de dicho mail, aunque no sé si su contenido es publicable (cómo os va la marcha...). Iba a escribir algo muy parecido (si bien quizás ligeramente más moderado) comentando esta novedad, pero visto lo visto, y como al final iba a ser muy parecido, a lo mejor hago copy&paste, y andando. Espero no recibir querellas judiciales.

Os seguiré manteniendo al tanto de mis flirteos con el tabaco. Muchísimas gracias a todos por el apoyo, ¡¡¡me va a hacer falta!!! No os creáis que no se agradece, aunque al final la voluntad tiene que ponerla una. 

Nota: la única ansiedad que persiste en mí ahora mismo es un inexplicable, pero muy intenso, antojo de morcilla, desde hace cuatro días. Hasta he buscado en Internet, y he visto un sitio de cocina francesa en Urbana donde sirven "blood sausage"... No me fío, pero iré. O eso, o pedirle a mi madre que me mande una caja como las que se traían antiguamente de los pueblos a las capitales los quintos y las "de servir", con sus morcillas, sus chorizos, su paleta, su queso... étc. Qué grandísima cosa, la morcilla, qué grandísima pasión. 

3 comentarios:

Unknown dijo...

QUÉ BIEN QUE CON LA PRIMAVERA TU GLAMOUR PUEDA CORRETEAR DESCALZO POR EL PARQUE, COMO ReDFoRD EN LA PELI. CIERTO ES QUE NI LA DaViS NI LA PANTERA ROSA PINTARÍAN LO MISMO SIN SU CIGARRO/PIPA. PERO EN CUESTIÓN DE VICIOS, MEJOR MODERARSE. SEGUIRÁS SIENDO RoSa LA GLAMUROSA CON O SIN HUMO DE ATREZZO.

Unknown dijo...

AH, Y QUE VIVA LA MORCILLA. YO ANOCHE SALÍ CON UNA QUE VIVE EN Polonia DESDE HACE 5 ó 6 AÑOS Y NOS PASAMOS MÍNIMO DOS HORAS BUSCANDO UN BAR DONDE PUSIESEN BOQUERONES EN VINAGRE CON BUENA PINTA.

Rosa dijo...

jobar, ya me has añadido un nuevo antojo...