El sol de Illinois

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domingo, 6 de abril de 2008

Diario de una fumadora en un naufragio (III)


Casi 84 horas sin fumar (tres días y medio)

Ayer tras escribir el último topic, los síntomas se recrudecieron notablemente por momentos y apareció en escena un dolor de cabeza importante que no había tenido hasta entonces. Ahora mismo no tengo ya síntomas físicos, excepto por la persistencia del cosquilleo, especialmente en las manos. No sé si luego, o mañana, volveré a tener otra recaída y volver a encontrarme mal como ayer. Ahora mismo estoy tranquila y más o menos bien. Incluso creo que las ganas de fumar se han reducido bastante, en general. Si ahora mismo tuviera un cigarrillo delante de mí, a lo mejor no lo fumaría, no lo sé. Lo cual es muy importante, creo que es la primera vez que ocurre esto. Los niveles de concentración vuelven poco a poco a ser normales; a lo largo del día de hoy he empezado a poder hacer cosas con normalidad, incluso cosas que requieren una concentración importante. 

Mañana cuando vaya al campus (y tenga tan a mano la posibilidad de comprar tabaco) ya veremos lo que ocurre. Es lo que más miedo me da. A mi favor juega el hecho de que en mi entorno inmediato no fuma nadie. 

La otra vez que pasé por esto, los síntomas físicos realmente duraron esto, tres o cuatro días, quizás algo más. Sin embargo he leído que el mono físico puede prolongarse hasta tres meses... ¿será esto cierto? Porque si es así, me muero... me resultaría insoportable pasar tres meses como estos dos últimos días... Creo que tengo que aprender a desmitificar completamente la dependencia del tabaco y dejarme guiar por mis sensaciones personales sin ideas preconcebidas y restándoles toda la importancia posible, porque si no, nunca dejaré de fumar. El hecho de creer que se va a pasar tan mal es uno de los motivos más importantes a la hora de no querer dejarlo. A mí me ayudó mucho comprobar como, la vez pasada, después de dos días horrorosos, pero horrorosos (más horrorosos que esta vez, incluso), al final lo llevé mucho mejor de lo que yo pensaba. Aunque, más allá del sufrimiento puntual de los primeros días, el deseo de fumar no desaparece hasta mucho después, y la mente trata de engañarte continuamente, de seducirte haciéndote creer que "ya lo has superado y que por fumar uno, no pasa nada..." Eso es lo que me hizo recaer a mí después de varias semanas sin fumar... Es un proceso largo y duro. Veremos qué tal esta vez.  

Nota: lo que olía ayer no era la cena de mis vecinos de arriba, sino de mis vecinos de al lado... tengo vecinos nuevos. Son asiáticos, hablan muchísimo... ¡¡y en la escalera!! no sé con quién o por qué. O será que tienen la puerta abierta gran parte del día... Cocinan a todas horas y esto empieza a oler a restaurante oriental. Agradezco muchísimo la compañía que me prestan, parece que la escalera se hubiera llenado de vida. 

Nota 2: hoy puedo decir que la primavera ha llegado a Urbana... hace un día precioso!! Eso me ayuda bastante a mantener el ánimo en mi calvario particular sin nicotina.

Nota 3: creo que finalmente sobreviviré a la crisis del papel higiénico sin recurrir a la versión escrita de ningún programa electoral. He recopilado dos paquetes de kleenex y, afortunadamente, me he acordado de que en mi bolsa de viaje de mano tenía un paquete, lleno y olosoro, de toallitas íntimas Carefree... creo que con esto estoy definitivamente salvada hasta mañana.

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