El sol de Illinois

El sol de Illinois

sábado, 26 de abril de 2008


"April is the cruellest month, breeding
lilacs out of the dead land, mixing
memory and desire, sitirring
dull roots with spring rain"

The burial of the dead (The waste land)
T. S. Elliot


Abril es el mes más cruel, engendrando
lilas en la tierra muerta, mezclando
el recuerdo y el deseo, resucitando
apagadas raíces con lluvia de primavera. 

El entierro del muerto,
fragmento de la primera parte del poema "La tierra baldía", de T. S. Elliot 

miércoles, 23 de abril de 2008

Primavera


Queridos amigos míos, ya es oficial, ya es indiscutible, ya es innegable: la primavera ha llegado definitivamente y los momentos oscuros parecen quedarse atrás. Parece que están lejísimos, casi como si nunca hubieran sucedido.

Os escribo ahora mismo desde un parque lateral del Illini Union, en una terracita pública absolutamente tranquila y encantadora, cómodamente sentada al aire libre "a la sombra de una sombrilla" tras salir del trabajo, disfrutando de los 27º C que hay hoy en esta parte de Illinois, y sintiéndome feliz a más no poder con la brisa que me acaricia y con el sol que dentro de un par de horas se esconderá un día más. He comido shushi y un helado de chocolate mientras le escribía un mail a una persona muy, muy especial; estaban ambas cosas riquísimas, el shushi y el helado, y el mail también me ha sabido riquísimo, y hay un montón de ardillas correteando por aquí (esto está lleno de ardillas, incluso en invierno), y una torre altísima da las campanadas cada cuarto de hora al otro lado del parque (ya sabéis lo muchísimo que me gustan las campanas); la gente pasa en bicicleta o en pantalones cortos, o se sientan con sus portátiles a comer helado o a estudiar en esta pequeña terraza, como yo.  Hay una fuente preciosa con una figura original que parece un Cupido, pero no un Cupido infantil, sino un Cupido adulto, lo cual me ha parecido lo mejor que podría pasarme hoy, no sé por qué. Amor adulto, eso me gusta. 

Estoy sentada en el centro de una pequeña burbuja luminosa y cálida, protegida de tanta sordidez como hay en este estado.

Sólo lamento no tener ahora mismo la cámara de fotos conmigo para enviaros algunas en este preciso instante, vía blog. Y tener que irme a casa a seguir currando. Pero me siento feliz, sentarme aquí a escribir ha sido como darme un masaje en el corazón. Además, volveré a comer aquí muchos días, seguro, y tendré oportunidad de mandaros fotos, no sólo de este rinconcito que he descubierto, sino del centro del campus en primavera, para que veáis lo bonito que está. 

Mi primer helado de la temporada ha inaugurado sin vuelta de hoja la primavera para mí, así que con estas sensaciones y con esta premisa no tengo más remedio que ser feliz. Un beso a todos. ¡¡Ahí están las campanas!! Me voy a comprar leche y a casa.

jueves, 10 de abril de 2008

Españoles en Urbana: existen, no es un mito


Transcripción del relato sobre el florecimiento de una nueva, pero bella amistad:

"Ah, no os he contado lo mejor... ¡ayer conocí por fin a un español en el campus! Qué digo en el campus, en mi propio departamento, en mi misma planta. Alejandro, se llama. Lleva contratado por la Universidad desde el verano, pero ha estado de estancia en Boston o no sé dónde hasta ahora. Ingeniero proveniente de la Politécnica de Barcelona, ha estado en el MIT y en no sé cuántos otros sitios.

El tío es un pijazo de la hostia, el típico catalán pijo, pero pijo, pijo, que en "catalán" se traduce como "hombre tipo pseudo-intelectualoide, vamos, gafapasta de toda la vida, pero con altas pretensiones estéticas, muy del tipo "soy inteligente y superior a la par que sensible y con buen gusto", vistiendo así entre universitario casual y Massimo Dutti, con gafas de colores, claro, que ahora los gafapasta que se precien tienen gafapasta de colores, y, por supuesto, dos Mac en su despacho que lo flipas, tanto el portátil como el súper pantallón del sobremesa... Y con aires de hombre desenvuelto y seguro de sí mismo, etc., etc." Teleco y catalán... lo que nos faltaba. Vamos que, salvo por los Mac, representa casi todo lo que no me gusta en un hombre, incluida su ausencia de rotunda masculinidad. 

Estuvo majo a pesar de todo, me ha dicho que ya tomaremos una cerveza o comeremos un día por el campus, cosa que no me apetece nada, pero bueno, nobleza obliga. El único español de Urbana y que tenga que ser un catalán intelectualoide y pijazo... Piensa pasarse los próximos seis años de su vida aquí, haciendo currículum, y, si puede, el resto de su existencia, si consigue plaza de titular. Muy guay, profesionalmente hablando, pero no le envidio en todo lo demás ni un poquito. Y, digo yo, ¿se pensará casar con una china o algo? Porque otra cosa por aquí...

Por cierto que conoce y es amigo (cómo no) de una de las tías más asquerositas de toda la Carlos III, con la que me tocó compartir docencia en el Labo de Comunicaciones Ópticas tres años, para mi desgracia. Qué tía más saboría, la hija de @#$%, tiene 30 años pero parece que tuviera 60. Diooossss qué saboría. Eso fue la puntilla que hizo que no me terminase de entrar este hombre por el ojo. Bueno, ya veremos, le daremos otra oportunidad, quizás debajo de sus capas de pretendido buen gusto fashion, haya un ser humano... :)))) No, si el chico no es que no sea majo, después de todo, pero es que joder, como encuadra en el perfil, coño. Qué poco originales son los que se creen tan originales.

Besos,
Rosa.
(Me preguntó que si yo venía de la Politécnica de Barcelona!!!! Será gilipichis el tío!!! Vamos por favooorrrr! jajajajaj! Sólo me faltó decirle "pero por quién me has tomado!!!")

Diario de fumadora y reconciliación con Urbana


Cual delincuente que no puede dejar de confesar sus crímenes, os anuncio que el martes (día horribilis donde los haya, pero no me justifico, porque no tengo justificación: soy así de débil), me dejé vencer por la tentación... (todos a coro: ¡oooohhhh!) Creo que si hubiera asesinado a un niño no me habría sentido peor :( 

Al menos, he vuelto a dormir. Es lo único bueno que le veo. No os contaré mi ordalía del martes, porque no os la creeríais. Sólo diré que no me he dado por vencida ni mucho menos, y le tengo más odio que nunca a este vicio traidor. Esto me ha servido para darme cuenta, no sólo de que soy tonta, eso ya lo sabía, sino de hasta qué punto estoy enganchada y hasta qué punto el vicio es ladino y pertinaz. Tendré que ser más lista que él. Ahora he cambiado mi estrategia y ayer y hoy estoy fumando sólo cinco cigarros al día, esperando a que pase el SPM (como decía Pedro en los mails, al final creo que no será necesario llamar a los "cops" con dardos tranquilizantes para grizzlies) para volver a intentarlo, aunque no será absolutamente inminente, porque el domingo y el lunes (y el martes con la recaída, especialmente), lo pasé tan mal, que en estos momentos estoy muy desilusionada y decepcionada conmigo misma, así que no será este fin de semana cuando pase el nuevo maratón intensivo de malas sensaciones. Si consigo mantener este ritmo tan escasísimo de fumar (escasísimo para mí), creo que la próxima vez será mucho más fácil, y espero que se me de un poco mejor. Eso espero. En el fondo sé que es ahora cuando no debo dar por absolutamente perdido lo poco que he conseguido, porque las recaídas son normales, ocurren o pueden ocurrir, y eso no quiere decir que haya que abandonar hasta vete tú a saber cuándo. Intento repetirme esto a mí misma y convencerme de ello. Aún así, mantener el vicio mínimamente bajo control y esquivar tantísimos cigarrillos al día como me vienen al pensamiento, me sigue costando un poco, aunque mucho menos que antes. O sea, algo, algo he conseguido, quiero verlo así. Me preocupa un poco el hecho de que el primer cigarrillo que me fumé el martes me supiera tan mal, cosa que me impactó muchísimo, y ahora ya me esté acostumbrando de nuevo a sabor. 

Por lo demás, y hablando ya en general, ahora que puedo pensar en otras cosas a parte del tabaco, os diré que me he vuelto a reconciliar de nuevo con esta ciudad. Todo está muy bonito, las niñas van con sandalias y los niños con camisetas de manga corta ya, aunque todavía no hace un tiempo veraniego, y algunos días hace bastante fresco, especialmente por las mañanas. Pero al mediodía ha hecho momentos casi de calor, por ejemplo ayer. Estas experiencias son tan inusitadas por aquí para mí, que me daban ganas de llorar de agradecimiento. Eso sí, el clima sigue siendo cambiante e impredecible. Esta tarde ha caído una tormenta impresionante, con los mayores truenos que yo he oído en mi vida. Los próximos días parece que no va a llover mucho y que va a salir el sol a ratos y eso me anima muchísimo; no os puedo explicar por qué me afecta tanto el clima aquí, pero se está convirtiendo en algo fundamental para mí. Aunque en general estoy de nuevo contenta y tranquila, y he recuperado por completo las ganas de estar aquí, de permanecer aquí el tiempo que haga falta, y de hacer actividades extra-laborales. 

¡!Ah, y esta semana he podido salir, por primera vez, sin las botas de oso!! ¡¡¡¡¡Síiiii!!!!!! ¡¡Mi momento más soñado, no sabéis qué felicidad me ha producido eso!! Ahora llevo unos zapatitos  de nada, ligeros como el viento, completamente planos y maravillosos que me hacen sentir liviana y primaveral y me dan ganas de correr (de hecho, he corrido por el césped camino del autobús, de pura exaltación y alegría al sentir el césped bajo mis pies). Y desde ayer puedo incluso dejar los guantes y la bufanda y el abrigo invernal y ponerme un abrigo de entretiempo, preciosísimo, que apenas pude ponerme en Madrid y que estaba deseando estrenar aquí (aunque por la mañana a primera hora he pasado algo de frío, pero no mucho). O sea, empiezo a sentirme persona en lugar de bulto sospechoso y temblón. Me voy a comprar unas sandalias y en un par de semanas, a ver si el tiempo lo permite, quitarme las medias e ir con los pies semi-desnudos. Ya os digo que las chicas ahora mismo van así, pero no hace tiempo para ello todavía.

Mañana salgo a comer con la mujer de mi jefe, Helen, que quiere jugar a ser mi madre y se preocupa mucho por mí, lo cual le agradezco infinito aunque me sabe muy mal porque no es en absoluto necesario, pero es que es una mujer extraordinaria. Espero pasarlo bien. Ya os contaré. Quiere dejarme una tele pequeñita para el apartamento porque ha puesto el grito en el cielo cuando se ha enterado que sigo sin televisor. No me extraña. Como os decía a algunos de vosotros estos días de atrás, vivimos en un sistema donde algún día se multará severamente a los que no consuman más de dos horas de televisión al día, que es el aro más eficaz y eficiente por el que hay que pasar y por el que se nos modela a la misma imagen y semejanza que "el gran hermano". ¿Cómo no va a ser escandalizable, y hasta penable, que no se vea la tele? Si hasta yo misma me asombro de seguir más o menos medio normal y que no esté empezando a mutar. Total, que Helen se ha alarmado grandemente cuando se ha enterado de que hace casi tres meses que no veo la tele. Hasta yo me alarmo, cuando lo pienso un poco... Aún así me resistiré, como me resistí el otro día cuando me lo propuso (quería venir inmediatamente a mi casa a traérmela, y tuve que prometerle que mañana viernes cuando fuéramos a comer, hablaríamos de la tele e intentaría dejarme convencer por ella, pero la engañé: no quiero tele. Aunque de verdad se puso muy bruta, a lo mejor tengo que ceder, ya veremos)

Y nada más. A lo mejor, en vista del relativo éxito que tuvo, al parecer, mi mail sobre el momento en el que conocí al español que trabaja en mi departamento, transcribo para este blog el contenido de dicho mail, aunque no sé si su contenido es publicable (cómo os va la marcha...). Iba a escribir algo muy parecido (si bien quizás ligeramente más moderado) comentando esta novedad, pero visto lo visto, y como al final iba a ser muy parecido, a lo mejor hago copy&paste, y andando. Espero no recibir querellas judiciales.

Os seguiré manteniendo al tanto de mis flirteos con el tabaco. Muchísimas gracias a todos por el apoyo, ¡¡¡me va a hacer falta!!! No os creáis que no se agradece, aunque al final la voluntad tiene que ponerla una. 

Nota: la única ansiedad que persiste en mí ahora mismo es un inexplicable, pero muy intenso, antojo de morcilla, desde hace cuatro días. Hasta he buscado en Internet, y he visto un sitio de cocina francesa en Urbana donde sirven "blood sausage"... No me fío, pero iré. O eso, o pedirle a mi madre que me mande una caja como las que se traían antiguamente de los pueblos a las capitales los quintos y las "de servir", con sus morcillas, sus chorizos, su paleta, su queso... étc. Qué grandísima cosa, la morcilla, qué grandísima pasión. 

lunes, 7 de abril de 2008

Diario de una fumadora en un naufragio (V)


He sobrevivido al primer día sin comprar tabaco y sin fumar en el campus... con muchísima auto-restricción y fuerza de voluntad. Digamos que la circunstancia está siendo menos virulenta que la vez anterior, pero a la postre, o a la larga, me está costando bastante más.

No sé si lo soportaré. Sé que suena tonto, pero no sé si lo soportaré. Cuando piensas, o sientes, que eres infeliz sin tabaco, que no puedes ser feliz sin él, es difícil soportarlo. Qué asco tener esas sensaciones. 

domingo, 6 de abril de 2008

Diario de una fumadora en un naufragio (IV)


Quiero fumar. Estoy desesperada. 

Diario de una fumadora en un naufragio (III)


Casi 84 horas sin fumar (tres días y medio)

Ayer tras escribir el último topic, los síntomas se recrudecieron notablemente por momentos y apareció en escena un dolor de cabeza importante que no había tenido hasta entonces. Ahora mismo no tengo ya síntomas físicos, excepto por la persistencia del cosquilleo, especialmente en las manos. No sé si luego, o mañana, volveré a tener otra recaída y volver a encontrarme mal como ayer. Ahora mismo estoy tranquila y más o menos bien. Incluso creo que las ganas de fumar se han reducido bastante, en general. Si ahora mismo tuviera un cigarrillo delante de mí, a lo mejor no lo fumaría, no lo sé. Lo cual es muy importante, creo que es la primera vez que ocurre esto. Los niveles de concentración vuelven poco a poco a ser normales; a lo largo del día de hoy he empezado a poder hacer cosas con normalidad, incluso cosas que requieren una concentración importante. 

Mañana cuando vaya al campus (y tenga tan a mano la posibilidad de comprar tabaco) ya veremos lo que ocurre. Es lo que más miedo me da. A mi favor juega el hecho de que en mi entorno inmediato no fuma nadie. 

La otra vez que pasé por esto, los síntomas físicos realmente duraron esto, tres o cuatro días, quizás algo más. Sin embargo he leído que el mono físico puede prolongarse hasta tres meses... ¿será esto cierto? Porque si es así, me muero... me resultaría insoportable pasar tres meses como estos dos últimos días... Creo que tengo que aprender a desmitificar completamente la dependencia del tabaco y dejarme guiar por mis sensaciones personales sin ideas preconcebidas y restándoles toda la importancia posible, porque si no, nunca dejaré de fumar. El hecho de creer que se va a pasar tan mal es uno de los motivos más importantes a la hora de no querer dejarlo. A mí me ayudó mucho comprobar como, la vez pasada, después de dos días horrorosos, pero horrorosos (más horrorosos que esta vez, incluso), al final lo llevé mucho mejor de lo que yo pensaba. Aunque, más allá del sufrimiento puntual de los primeros días, el deseo de fumar no desaparece hasta mucho después, y la mente trata de engañarte continuamente, de seducirte haciéndote creer que "ya lo has superado y que por fumar uno, no pasa nada..." Eso es lo que me hizo recaer a mí después de varias semanas sin fumar... Es un proceso largo y duro. Veremos qué tal esta vez.  

Nota: lo que olía ayer no era la cena de mis vecinos de arriba, sino de mis vecinos de al lado... tengo vecinos nuevos. Son asiáticos, hablan muchísimo... ¡¡y en la escalera!! no sé con quién o por qué. O será que tienen la puerta abierta gran parte del día... Cocinan a todas horas y esto empieza a oler a restaurante oriental. Agradezco muchísimo la compañía que me prestan, parece que la escalera se hubiera llenado de vida. 

Nota 2: hoy puedo decir que la primavera ha llegado a Urbana... hace un día precioso!! Eso me ayuda bastante a mantener el ánimo en mi calvario particular sin nicotina.

Nota 3: creo que finalmente sobreviviré a la crisis del papel higiénico sin recurrir a la versión escrita de ningún programa electoral. He recopilado dos paquetes de kleenex y, afortunadamente, me he acordado de que en mi bolsa de viaje de mano tenía un paquete, lleno y olosoro, de toallitas íntimas Carefree... creo que con esto estoy definitivamente salvada hasta mañana.

sábado, 5 de abril de 2008

Diario de una fumadora en un naufragio (II)


Más de 60 horas sin fumar.

Me he echado una breve siesta. Pensaba que no me iba a dormir, pero ha sido muy reparadora. Me he despertado con la sensación de haber engordado 30 kilos en dos horas y con una idea fija: tabaco. Me he examinado cuidadosamente en el espejo... creo que no han sido 30 kilos. Me frustra no tener una báscula aquí. En fin, creo que no es nada que no tenga arreglo, después de todo. Ya me ocuparé de eso el lunes o el martes, cuando pueda pensar (si Dios quiere), en otra cosa que no sean los cigarrillos. Porque lo más grave del caso es que ahora mismo, en el fondo, "me importa un bledo" si han sido 30 kilos o 300 gramos... Me siento como mejor, extrañamente mejor, aunque con el pensamiento fijo del tabaco todavía en mente. Hay momentos en los que me sorprendo a mí misma diciendo, sin pensar, "ahora a fumar", y entonces me doy cuenta de que no tengo tabaco, es algo instantáneo, un movimiento reflejo e instintivo para buscar el paquete de tabaco inexistente... hasta que me doy cuenta de la dura realidad... esos momentos son los más durillos.

Sensaciones curiosas: el cosquilleo ha disminuido levemente. Las naúseas parecen haber desaparecido. La ansiedad de fondo parece haberse mitigado. El deseo de fumar, no, ni disminuye, ni se va. Es curioso, el deseo de fumar apenas languidece, pero estoy un poco más tranquila, y con menos síntomas de abstinencia física... aunque persiste una ligera debilidad muscular en brazos y piernas. También se ha mitigado la sensación de euforia, pero me siento "limpia", física y espiritualmente "limpia", por llevar "tanto tiempo" sin fumar.

Estoy muy atenta a las nuevas percepciones físicas, que ocupan mi atención y me maravillan: la comida tiene sabores o, mejor dicho, matices en el sabor que no recordaba, la casa tiene olores que no había percibido hasta ahora... ¡increíble!  Me siento como una mutante desarrollando nuevos y desconocidos superpoderes. Mi cuerpo se siente extrañamente ajeno a mí, empieza a ir por su cuenta y yo por la mía.
Puedo oler la cena del vecino de arriba, nunca la había olido hasta ahora. Y me recuerda a España, porque son olores extrañamente conocidos, de vecindario de barrio, de vecindario de pueblo... Me hace sentir muy bien esta asociación insólita aquí en pleno desierto espiritual americano. Me pongo "los Chunguitos" y "Concha Piquer" para aumentar la asociación con mi España de mis amores, y me siento todavía mejor.

Como me siento culpable por las cuatro cookies comidas en dos días, me como otra para superar el estrés producido por la culpabilidad. Está riquísima, muchísimo más que sus predecesoras. Tengo un momento de éxtasis. Emergencia... ya sólo me queda una cookie. Paradójicamente, ha desaparecido el sentimiento de culpa a la vez que ha disminuido ligeramente la necesidad compulsiva de comer o beber cosas dulces para superar la ansiedad producida por la ausencia de tabaco. Pero sigo queriendo fumar...

Me examino atentamente de nuevo en el espejo, para descubrir otros posibles cambios físicos... otras posibles mutaciones apreciables a simple vista... vivir sin tabaco tiene que notarse, me deberían salir "cosas", no sé, aunque sólo sea del estrés. Pero sólo noto que, a pesar del sueño atrasado y de que no me estoy cuidando nada, pero nada, nada, estos últimos días (muy mal), tengo más o menos buen aspecto, de hecho creo que ha desaparecido el tinte entre gris y amarillento que parecía tener ayer. 

Alarma roja: apenas me queda papel higiénico... sé que si salgo a comprar ahora, compro tabaco, lo sé. Así que tengo una seria contingencia. Tendría que haber previsto esto, por supuesto. Se me ocurren algunos panfletos de diversos autores y diversa procedencia que me gustaría tener a mano para superar esta macabra crisis higiénica...

Ahora suena en el iTunes "Smoke in the water"; también es mala leche. 

Diario de una fumadora en un naufragio

Os lo tengo que contar. Os lo tengo que contar, porque estoy como electrizada ahora mismo y nerviosa y sólo pienso en una cosa y todo esto se me sale por los dedos, y os lo tengo que contar. 



Desahogo blogístico imperioso número dos: llevo más de 48 horas sin fumar (sólo había conseguido esta proeza digna de una diosa o de un ser sobrehumano, una vez anteriormente en toda mi vida). Me sorprende, de nuevo, lo "fácil" que me resulta, incluso más fácil que la vez anterior. Y lo que más me sorprende de todo es que, con lo relativamente fácil que me está resultando hasta ahora, no lo soporto por más tiempo. No sé cómo explicarlo, pero es así. No lo soporto, y de hecho voy a fumar, voy a fumar, sólo tengo que ir a comprar el tabaco, nada más que eso. Sólo eso me separa del placer absoluto. Qué fácil, ¿no? No lo soporto más, y por eso tenía que contároslo. No existe sufrimiento extremo, no siento dolor objetivo... pero no lo soporto.


Desde hace 48 horas que me encerré en mi casa, con cuatro litros de coca-cola light, seis cookies de chocolate, un brownie pequeñito, mucha supuesta paciencia, bastante incertidumbre (no tenía ni idea de cómo lo iba a llevar), un montón de pensamientos positivos y mucha resolución un tanto temerosa, porque me conozco demasiado bien, y ni un solo cigarrillo en casa. Fue algo apenas premeditado. De hecho creo que si lo pienso mucho, no lo hago. 


Si hubiera podido tirar las llaves de casa por el retrete lo hubiera hecho (o pedirle a alguien de confianza que me encerrase por fuera y no me abriese la puerta, aunque intentara yo echarla abajo, como Ulises cuando ordena que le aten al mástil de su barco para escapar al canto de las sirenas), pero no puedo encerrarme ni atarme yo sola, claro. Aquí solita, con trabajo para hacer hasta que la concentración me lo permita (que ya va siendo que no), el Mac, bastantes revistas, los libros que había comprado hasta ahora, zumo de naranja, coca-cola light y las galletas de chocolate de 5.000.000.000 calorías each, dispuesta a pasar encerrada (en el mejor de los casos), y a solas, todo el fin de semana largo, cuatro días terribles de expulsión de la nicotina de mi organismo. Completamente aislada del mundo exterior, excepto por la (bendita) conexión a Internet. Y, por supuesto, un diario donde voy apuntando todos los síntomas.


Tanto ayer como anteayer la cosa estaba extrañamente bien, como os digo. Con ciertos síntomas de abstinencia física, y algo de ansiedad de fondo, pero muy bien (alucinante para el nivel de adicción que tengo). Animada en general, incluso más animada anímicamente que los días previos, con buenos niveles de concentración en el trabajo y en la lectura, excepto momentos aislados, y con bastante tranquilidad, tanto interna como externa. Todos mis pensamientos de control del deseo han venido funcionando correctamente, y hasta me mantuvieron casi perfectamente sosegada, con malestar interno en aumento, más o menos ligero aunque de mayor o menor grado dependiendo del momento, pero tranquila casi todo el tiempo; porque sé que el primer cigarrillo durante todas estas horas hubiera sido simplemente brutal, mejor que el mejor chute de todos los tiempos, pero también sé que después de ese cigarrillo sólo queda la decepción de todos los demás cigarrillos insulsos que siguen al primero y que me provocan más asco y compulsión que otra cosa. Me aferro a esta idea para sortear el abismo del terrible placer que supondría fumar en estos momentos... Ese placer.. el placer del primer cigarro después de muchas horas de abstinencia es el mayor refuerzo que podría obtener ahora mismo para la conducta adictiva, y la mayor tentación a evitar, más que el fumar en sí mismo.


Bueno, todo muy bien hasta ahora, hasta las últimas tres o cuatro horas, aunque ayer después de las 24 primeras horas sin fumar, ya empezaron a acentuarse los síntomas físicos (cosquilleos, hormigueos especialmente en las manos y antebrazos, y una ligera euforia entremezclada con la ansiedad de fondo), y las galletas empezaron a caer una detrás de otra.. sin hambre, pero sin poder ni querer evitarlo. Estaban programadas para los cuatro días... y de las seis sólo me quedan ya dos!! :( Y también ha caído el brownie. Aunque creo que de momento no me cabe más chocolate, tengo un extraño hartazgo. Por supuesto, el ganar peso no es negociable, las seis galletas y el brownie son una excepción absoluta para estos cuatro días en estado de emergencia.  


Esta mañana los síntomas físicos son más pronunciados, incluso con ligeras naúseas en algún momento. El nerviosismo, controlado, pero va en aumento. Es un nerviosismo más interno que externo, no sé cómo explicarlo, aunque poco a poco se me va notando en el exterior también. Me cuesta bastante más mantener la concentración, de hecho me es casi imposible estudiar esta mañana, e intento concentrarme con otras cosas, aunque todavía mantengo la calma suficiente como para poder leer un artículo ligero o escribir esto. Leer durante mucho rato, estar quieta durante mucho rato me perturba. Cosquilleo de extremidades, en aumento también; tengo que frotarme y tocarme  las manos sin parar, y el cosquilleo se extiende al pecho, los hombros y la espalda, y bueno, a otros sitios en general. Empiezo a frotarme los antebrazos también, y las pantorrillas. Empiezo a mover los pies con nerviosismo. Empiezo a entrar en "estado de fallo", que diría Emile Ajar. Y lo peor de todo, los pensamientos positivos y racionales dejan de tener efecto por completo, la seducción irracional de mi mente estúpida se impone a mi voluntad. La bestia toma el control :) por eso creo que esta mañana, queridos amigos, aunque no he sucumbido todavía porque no he fumado (no he salido de casa, no he podido, por lo tanto, fumar), algo me dice que ya he sucumbido interiormente. 


Ya he perdido. Lo sé. Sabes, antes de hacer algo, internamente "sabes" que lo vas a hacer. Bueno, pues ahora mismo en lo único que pienso es en salir ahí fuera, coger ese autobús que me lleve al campus, ir a la tienda de siempre y pedir un paquete de Camel, sí, probablemente Camel, salir de la tienda, quitar el papel celofán... lentamente aunque esté dominada por la ansiedad... y sacar un cigarrillo, aunque si pudiera me fumaría tres a la vez (buscar un sitio para sentarme, quizás, porque del mareo que sé que sobrevendrá, me podría caer), y encendérmelo "tranquilamente" mientras siento como el humo maravilloso entra en mis pulmones, me recorre por entero de arriba a abajo, y generosamente me da lo que quiero, me hace llegar a un éxtasis profundo, para salir por mis fosas nasales...  Una y otra vez... durante unos cinco-diez minutos. Por supuesto, ni que decir tiene, sé perfectamente que si en estas últimas tres o cuatro horas hubiera habido un cigarrillo en casa, qué digo un cigarrillo, una colilla mojada con agua de alcantarilla (sí, así de triste es la adicción), hubiera fumado hace rato, y hubiera fumado además con placer, con gusto, revolcándome en la derrota con pasión, entregándome a ella, vamos, sin remordimiento alguno, disfrutando como una loca. Hay que ver, no se puede ser más tonta, no se puede ser más esclava ni más ignorante.


¿Y luego después de comprar ese paquete en el campus, después de fumarme ese cigarrillo, qué? Luego, por supuesto, la sensación de fracaso... pero el placer de poder fumar otra vez, cuando quiera, cuanto quiera, todo el día, día y noche, fumar las 24 horas... ahora mismo sólo puedo pensar en eso. Fumar. Fumar. Fumar. Fumar. Fumar. Qué placer es fumar (no, me engaño a mí misma y lo sé, no me reporta realmente auténtico placer el fumar, no en la forma compulsiva que lo hago, que lo hace cualquier adicto, sólo hay realmente un par de buenos cigarrillos al día, quizás tres, a veces ni siquiera eso, pero ahora mismo sólo pienso en el placer de fumar, en el placer de fumar, en el placer de fumar. En el placer de ese primer cigarrillo)


Apenas he dormido esta noche, pero no tengo sueño. Estoy en un extraño estado de alerta. Tengo bastante sed aunque estoy intentando beber bastante agua y zumo, y prescindir hasta donde puedo de la coca-cola, cuyo sabor asocio inmediatamente con el tabaco, y eso me hace desear fumar todavía más, aunque por contra, es un ligero sustituto, claro, igual que la comida (que necesito para calmar la ansiedad, pero que también asocio al tabaco y me genera mayores ganas de fumar). En la última media hora la sed está dando paso a una salivación exagerada. La sensación en la boca es extraña, como de una agradable insatisfacción. Hay estados contradictorios, se hecho: en algunos momentos, por encima de la ansiedad de fondo, se impone un extraño estado de euforia, que nace en el pecho y se extiende hasta las extremidades, y que me hace reír con facilidad ante un ligero estímulo. Estoy, como digo, ligeramente "electrizada", a medio camino entre la ansiedad profunda y la felicidad exaltada. Se impone la sensación de fracaso ahora mismo, aunque por momentos también hay una cierta sensación de triunfo (de momento y hasta que no se diga lo contrario, sigo en la brecha, al fin y al cabo) y de aguante doloroso pero victorioso del corredor de fondo que todavía está a mitad del maratón.


Me siento naúfraga en una isla solitaria rodeada de tiburones a los que estoy deseando lanzarme. Y como esperando que pase algo, no sé muy bien el qué... quizás esperando un rescate que, en mi caso, sé que no llegará. El único rescate posible, y es lo que espero, supongo, es que pase el tiempo, que pasen estos pocos días cuanto antes; ése es mi pasaporte de salida de este naufragio semi-controlado. Esperar que pase el deseo intenso, sordo, esperar que pase la ansiedad. No sé si lo conseguiré. Creo que, de hecho, ya he perdido. No lo he conseguido, se acabó, quiero fumar, dadme un cigarro por favor. Se acabó.
No sé qué es lo que me retiene aquí, por qué no salgo a comprar ese cigarrillo, si ya me he dejado vencer internamente. No lo sé. ¿Será que en el fondo todavía pienso que si me quedo aquí y aguanto un poco más, podré vencer, aunque sólo sea temporalmente? Qué ilusa. Ahora sé que está todo perdido. Ese cigarrillo ahí fuera, de alguna forma, vendrá a por mí tarde o temprano. Si no me entrego hoy, será quizás mañana. O si no, pasado. Pero no hay victoria, la rendición está dentro de mí. 


Os seguiré contando cómo va la cosa en este barco a la deriva, cuyo único tripulante soy yo, intentando atarse al mástil en medio de la tormenta, pero sin conseguirlo, y el canto de sirenas me llega nítido y maravilloso, y los tiburones merodeando, y el vampiro en la bodega del barco, como en Drácula... Os relataré exactamente cómo fue el momento preciso de la rendición, de la entrega brutal, cuando se produzca, que se producirá.

 
Los mareos se acentúan, por cierto, y las naúseas, tengo que dejar de escribir. Me voy a duchar, a ver si se me pasan los cosquilleos en la piel. Aunque por supuesto sé de antemano que no se irán, y que de hecho van a ir a más. Son los colmillos de los tiburones rozándome la piel..


(¿Se puede vivir todo el resto de una vida sin fumar? Me parece imposible ahora mismo, inalcanzable, de hecho me pregunto cómo pude sobrevivir la primera mitad de mi vida sin coger un cigarrillo, me pregunto cómo podéis vivir vosotros que no fumáis, me pregunto cómo pueden vivir los niños y los perros y los árboles sin fumar. Ojalá yo pudiera fumar sólo de vez en cuando, ojalá)

Al borde de un ataque


Al borde de un ataque me he puesto cuando he leído que ayer se reestrena en Madrid la mítica obra de Almodóvar, una de sus enseñas más características, por no decir quizás la que más, una de las más grandes películas de este hombre, "Mujeres al borde de un ataque de nervios". Aunque quizás no sea la película de Almodóvar que yo elegiría, si tuviera que elegir una para volver a verla en pantalla grande, no hace falta decir que me encantaría estar allí para poder ir a su reestreno, pero claro, no puedo.
 
Id a verla vosotros que podéis, algún día se le dará el lugar que merece, mucho más allá de las modas que nos aquejan, os lo digo yo. Merece la pena verla en cine, como toda joya cinematográfica, y teniendo en cuenta que es, ante todo y sobre todo, una grandísima película de humor. Un humor manchego y surrealista que es de lo mejorcito de España. 

Esta película quizás podría resumirse en la famosa cita, que no recuerdo ahora mismo de quién es, "la historia de las mujeres es siempre una historia de hombres". Yo diría que la historia de las mujeres es la historia de casi siempre: hombres poco entregados y poco maduros que rehuyen el compromiso, pero sin renunciar a querer sentirse el centro de atención en la vida de las mujeres (si son varias, mejor), y por otro lado, mujeres que se vuelven neuróticas de tanto sentirse manipuladas, menospreciadas y perseguidoras. Y que en las manos de Almodóvar se lleva al extremo histriónico que caracteriza a todos sus alocados, turbulentos e imperfectos, pero muy humanos y muy sentimentales personajes. Almodóvar es puro sentimiento, puro sentimiento amoroso y pasional, ese es el único móvil de toda su obra, y no le hace falta más. Podría ser suya la perturbadora frase de Buñuel, "Todo deseo tiene un objeto. Y ese objeto es siempre oscuro". 

Uno de los muchos aciertos de la obra: "esconder" al gran protagonista masculino, el gran motor de toda la historia, omnipresente a través de los pensamientos y la intención de las protagonistas, pero cuya presencia física se nos oculta, como él mismo, que se aleja y que se borra de la vida de su amante y de su esposa.  Y, más allá de los diálogos y de la estética tan típica y estupendamente almodovarianos, por supuesto también es de destacar por encima de casi cualquier otro elemento el trabajo de todos y cada uno de los actores, desde las actrices principales, Carmen Maura y Kity Manver, hasta los secundarios y terciarios y cuaternarios... que están enormes, Loles León, Chus Lampreave, María Barranco, Antonio Banderas (extraordinario), Rossy de Palma, Guillermo Montesinos, Fernando Guillén... Que, sin quitarles mérito alguno a ninguno de ellos, yo es que creo que bajo la dirección de Almodóvar los actores destacan especialmente. Como si este hombre consiguiera sacar lo mejor de ellos. Será ese toque de surrealismo que mezcla naturalidad e histrionismo con la más perfecta "pose" hollywoodiense, pose que ningún otro director español logra con esa desenvoltura, con esa profundidad y con ese sentido estético y humorístico, sin caer en ningún momento en el ridículo o en lo pretencioso, y todo ello encajando todos estos elementos a la perfección como un malabarista genial. Será. 

Y con una evolución hacia un cine cada vez más refinado, sin perder nunca el humor y el surrealismo, lo cual yo personalmente, y aunque su primera etapa me encanta de pura loca que es, le agradezco enormemente. Ahora mismo, hoy, si tuviera que quedarme con una peli de Almodóvar, creo que me quedaría con Tacones Lejanos. Y después, con La flor de mi secreto. Aunque hay tantas, es que son todas buenísimas... desde Pepi, Lucy, Bom y otras chicas del montón, hasta Kika, pasando por Qué he hecho yo para mercer ésto, La ley del deseoLaberinto de Pasiones, Átame... Eso sí, hasta Carne Trémula, película que, por mí, se puede tirar a la basura directamente. A partir de ahí, creo que su obra se vuelve irregular y mucho menos suya, como si tratase de agradar a alguien, o esa es la impresión que me da. Las actrices que elige, empezando por la Penélope esta, o por la argentina rubia, que no me acuerdo cómo se llama, tampoco me parecen adecuadas, creo que se obstina en equivocarse. Y no por nada, es que este tipo de actrices no van con él. Aunque es cierto que no existen otra Carmen Maura, otra Victoria Abril, otra Marisa Paredes, otra Chus Lampreave, otra Kity Manver, otra Rossy de Palma, otra Loles León, otra Verónica Forqué, etc., etc., etc. Esperemos que su próxima película, en la que parece que quiere volver a rodearse de algunas de sus antiguas actrices, sea un reencuentro con la etapa más brillante de su carrera. Yo así lo espero.

Por cierto, que en el círculo de Cangellaris esta película que se reestrena ahora en España, y que cumple precisamente 20 años, está considerada como una genialidad... Almodóvar fue uno de nuestros temas de conversación en aquella primera cena en casa de mi jefe. Y yo me preguntaba atónita (aunque todos sabemos que Pedro Almodóvar hace mucho que trascendió nuestras fronteras), pero no puedo dejar de preguntarme qué puede ver un yanki en el surrealismo y el costumbrismo manchego/madrileño de Almodóvar... Lo de Cangellaris, que al fin y al cabo es griego, el hombre, bueno, a lo mejor hasta se puede comprender, pero ¿los demás 'snobs'? Será verdad aquello de que "el arte" realmente no tiene fronteras, y mucho menos los sentimientos... ¿? Aunque en esto, como en todo, influyen muchísimo las modas, a las cuales hay que intentar ser lo más permeable posible. Claro que seguramente, y por otro lado, un neoyorquino se preguntará qué puede verle un europeo a ciertas (grandes también) películas de de Woody Allen... aunque no es lo mismo, porque es mucho más personal el de la Mancha (a parte de ser cien veces mejor cineasta, mejor contador de historias y mejor todo, desde mi punto de vista, el español que el americano, en general; a lo mejor por eso consigue transmitir tan bien a pesar de su personalísima forma de entender el cine) Y es que, si Woody Allen es genial a veces, Almodóvar es un genio. 

jueves, 3 de abril de 2008

Madrid, Madrid, Madrid


Si alguno de vosotros está pensando en la peregrina idea de venirse a vivir a Urbana-Champaign, o Champaign-Urbana, Illinois, USA, por favor, locos, no lo hagáis. Huid ahora que estáis a tiempo. 

Las ligeras simpatías que generé por esta ciudad nada más llegar están cambiando muy mucho con el transcurso de los días, y esto es paradójico, ahora que llega el buen tiempo y la ciudad está más bonita que nunca. Pues no, resulta que esto es deprimente. Espero que sea una breve etapa y se me pase rápido, como intuyo. O que venga de verdad un tornado, o un ciclón, y me lleve al País de Oz, como a Dorothy, y vaya a pedir mis deseos al Gran Mago y encuentre mis zapatos rojos que me devuelvan de vuelta a mí misma. Quisiera llevarme a Cangellaris puesto, es lo único que quisiera llevarme a Madrid de aquí, pero me temo que eso no es posible. Por todo lo demás, creo que cuando regrese a España voy a besar el suelo de Barajas, como el Papa, y si no, ya lo veréis, hasta una foto me hago y os la enseño. Hasta al taxista que me toque le voy a pegar un beso que lo va a flipar. Lo va a flipar. 

Lo que pienso por las noches cuando me acuesto... que no quiero morirme aquí. Por favor, Dios mío, no dejes que muera aquí. Si me pasa algo, que no sea aquí.  No sé por qué tengo desde hace unos días este tipo de pensamientos extraños, pero eso es lo que pienso cuando me acuesto.

Si me pierdo alguna vez, no me busquéis en esta ciudad, no, no, no... A ser posible en el Norte siempre, siempre de Madrid hacia arriba, pero no en el Medio Oeste americano. Esto es gris. Aún siendo verde, es completamente gris. Si existe el trasero del mundo, es éste, esto está muerto y la gente es muy amable pero no calienta, y no me extraña que a algunos se les vaya la cabeza y empiecen a pegar tiros por ahí y no sé a quién se le ha ocurrido la genial idea de venir a poner una Universidad tan prestigiosa en una ciudad así, en medio de la nada, y tendríais que ver cómo es el resto de esta zona del país, ya os contaré de mi visita a Indianápolis, esto, Urbana, es el paraíso comparado con todo lo demás; el Medio Oeste es una zona sin encanto alguno, sórdida y sin vida. Y yo, que estoy dispuesta a ver el encanto a casi todo, hasta a mi cutre-apartamento, y amoldarme a todo, llegan días como hoy que no me da la gana, no me da la gana porque no quiero y porque ya es hora de que alguien diga que Illinois es horrible, alto y claro, y que se entere el mundo entero. 

Madrid, Madrid, Madrid,
pedazo de la España en que nací...
por algo te hizo Dios
la cuna del requiebro y del chotís.
Madrid, Madrid, Madrid,
¡en Urbana se piensa mucho en ti!...
por tus verbenas, por tantas cosas buenas
que tenemos en Madrid...

Echo de menos hasta sus zonas hostiles, que creo que ya no serán hostiles nunca. 

Bueno, dicho lo cual, se acabaron las quejas: prepárate Urbana, que aquí estoy. Porque ya se sabe aquello de que si no puedes con el enemigo, únete a él. Y no me arrepiento de haber venido, y no me voy a arrepentir... aunque a veces se haga un poco duro. Y no puedo quejarme, ni debería hacerlo, pero bueno, dicen que un blog está para desahogarse.