El sol de Illinois

El sol de Illinois

miércoles, 12 de marzo de 2008

Para mis sobrinos

Según me he enterado, dos de mis mas fieles seguidores en este blog mío tan extenso, torpe y difícil de seguir, por la extensión de sus entradas y lo penosamente que escribo a veces, que me pierdo en divagaciones y en frases recursivas, largas y mal construidas, como ésta, son precisamente mis dos niños, mis dos sobrinos Víctor y Nuria, de 15 y 10 años respectivamente. Lo cual tiene musho mérito. Y a ellos va dedicada esta entrada porque me acuerdo cada día de ellos y les quiero muchísimo. Y les echo de menos como a poca gente, y cuando vuelva, no sé, miedo me da, porque a lo mejor ni les reconozco, de lo que crecen y cambian y maduran cada día. Quería que esta entrada fuera un poco una sorpresa, por eso no les he pedido que me envíen fotos, y aquí no tengo ninguna para enseñaros, pero me gustaría que les vieseis (quienes no les conocéis), a mis dos tesoros, lo guapos que son.

Víctor es un tío con mucha personalidad. Todavía me acuerdo perfectamente, y aún le veo en la cuna del hospital donde nació, tengo su imagen grabada en la cabeza, la imagen de la primera vez que le vi... ese 9 de Septiembre en el que conocí a Victítor... y me parece increíble que de aquella cosa diminuta y de cabeza de pepino, haya salido el hombretón atlético, atractivo y de espalda fuerte que apunta a ser hoy con sus 15 añazos. He asistido maravillada al proceso de su crecimiento, y de todas las cosas que han crecido y cambiado en él, lo que más me ha emocionado siempre es ver como poco a poco la bola babosilla de mente informe que era cuando bebé (como todos los bebés), se ha ido transformando en “persona”, es decir, como ha ido desarrollando una auténtica personalidad definida y notoria, que ha ido despuntando en él además desde muy pequeñito: con mucho, mucho sentido del humor, de ese que me hace reír a mí a carcajadas, además, como su padre y su tío y su abuelo, con cierta madura lucidez para apreciar las cosas y con un sentido práctico de la vida admirable para ser tan niño. Amable y bueno con la gente en general (que quién lo iba a decir con lo que era de chiquitín a veces...), guasón, simpático y caradura a más no poder, opinador nato (o sea, español) y también, hay que decirlo, vaguete para algunas cosas hasta decir basta, pero un sol para estar orgullosa de él en casi todo lo demás. Con mucho encanto, yo diría incluso carisma, y apuntando maneras ya, también desde muy joven, demasiado, a convertirse en un ligón con las chicas. Es insolente y descarado (nunca ofensivamente, siempre con sentido del humor), pero a sus abuelos, por ejemplo, les adora y tiene un gran sentido de la responsabilidad para con ellos, lo cual dice mucho de un chaval de 15 años en los tiempos que corren. Siempre nos hemos querido mucho los dos (yo le adoro, claro, admito que Víctor es una de mis debilidades en esta vida) Dado lo mucho que me gusta en general su forma de ser, creo que seremos siempre buenos amigos, como hasta ahora.

Es del Atleti (esto no es sorprendente ni obra de su original personalidad o de algún extraño elemento masoquista en él, si no de años de trabajo constante de su padre, que lo lleva al estadio a ver jugar a este equipo desde antes de que supiera hablar) y juega al fútbol como defensa o lateral (qué era, Víctor?), y no lo hace mal, por cierto, que los ojeadores del Móstoles se lo querían llevar a las categorías infantiles, pero sus malos resultados académicos hicieron que sus padres decidieran no hacerle perder más tiempo del que ya pierde semanalmente con el fútbol. No le gusta estudiar (ciertamente no le gusta ni un poco, no) pero es un gran chaval de buen corazón, hasta sentimental a veces, que me hace reír muchísimo con su sentido del humor descarado y caradura, y creo que será un buen relaciones públicas o un buen comerciante o, mejor dicho, un buen “vendedor de motos” en su día, si dios le conserva la labia, el instinto práctico para las cosas y el don de gentes. Se llama Víctor Barrio como su padre y su abuelo, son la saga de los Víctores, que significa victorioso, como es obvio, y espero que ese nombre le de muy buena estrella en la vida. Dice que el día que tenga un hijo, también le pondrá de nombre Víctor. Le encanta el dinero, pero, sorprendentemente para la edad que tiene, lo que le gusta del dinero es ahorrarlo. En eso innegablemente sale a su abuela Gabi.

Nuria... eso sí que es una fuerza de la naturaleza, y no Bardem... Si hablamos de personalidad, queréis personalidad? Pues tendríais que conocer a mi sobrina. Yo siempre he dicho una cosa: Nuria nació vieja. Y ha ido rejuveneciendo con los años. Jamás la vi, ni de recién nacida siquiera, el gesto típico del bebé, con la boca abierta y babeante, moviendo la carita espasmódicamente... no, siempre estaba perfectamente seria, desde que nació, con la boca cerrada, observando todo con perfecta compostura. Increíble, pero es así. Me llamaba poderosamente la atención, esto. O riéndose a carcajadas. Ahora conserva algo de esa cierta digna compostura y ese gesto reconcentrado, pero es mucho más extrovertida y mucho más explosiva (bueno, esto último siempre lo ha sido un poco...) Jamás he visto a ninguna persona en el mundo entero enfadarse como lo hace ella, tan bien, tan perfectamente bien. Porque un enfado es un enfado, y si te enfadas, tienes que enfadarte de veras... nada de medias tintas. Nuria no conoce las medias tintas. Nuria es el mismísimo paradigma del enfado, o más que paradigma, casi una caricatura. Cuando Nuria se enfada, se enfada. No cabe duda. Frunce el ceño, cruza los brazos, apunta con los morretes al infinito y resopla indignada. Es la viva imagen de la indignación y la frustración. Chilla, también. Nuria sabe chillar muy bien!!!! Ahora, eso sí, cuando se ríe... pocas veces he visto a nadie, ni niño ni mayor, reírse con tantas ganas, de forma tan espontanea, tan llena de vida, tan constante y tan perfecta. Nuria sabe enfadarse y sabe reírse. Ambas cosas con grandísima intensidad, vamos, con todas sus fuerzas. Y ambas cosas las hace como nadie que yo conozca. Las hace alternativamente o a la vez, y hasta esto último le queda estupendamente bien. Cuando se enfada, está claro que está enfadada y, si puedes, refúgiate de ella porque hay miradas que matan, pero cuando no está enfadada suele ser la alegría de vivir misma, esto es lo que me encanta y me maravilla de ella. Por lo demás, siempre ha sido una niña ingeniosa a más no poder, que te sorprende con sus ocurrencias tan inteligentes y espontaneas, o con sus salidas de vieja (en esto Víctor siempre también ha tenido salidas y actitudes de viejo que nos han sorprendido a todos)

Nuri tiene una carita redonda y guapa, encantadora, un pelo sedoso y suave, castaño pajizo, del mismo color extraño que los ojos. Es inteligente, chispeante, alegre, enfadona, inquieta y voluntariosa, y con ella me lo he pasado genial muchas veces. Este verano pasado, su tío Jose, o sea, mi otro hermano, ella y yo, hemos pasado unos días realmente pero muy, muy divertidos en el pueblo, como hace mucho que no recordaba otros igual. Las excursiones por el campo, los paseos, el río, el coger el coche e irnos a Atienza, a aquí, a allá, dormir conmigo tantas noches, o lo que hablábamos a veces antes de dormirnos (confidencias femeninas inconfesables aquí), lavarle el pelo el día de la fiesta ... Que días de risas (a veces Jose y yo creíamos que le iba a pasar algo, a la enana, de tanto reírse) y de conversaciones que te descubren el universo complejo y maravilloso de una niña de 10 años. Días de alegría y de sol y de tranquilidad. Creo que hay pocos periodos breves de mi vida que yo recuerde ahora mismo con el mismo cariño y la misma nostalgia con los que recuerdo a las semanas que pasé en el pueblo con mi familia el Agosto pasado. Y uno de los elementos clave en lo bien que lo pasé, y en la luz intensa que ilumina el recuerdo de todos aquellos instantes, es mi sobri Nuria, que se portó muy, muy, muy bien (poco a poco va madurando y cada vez es más buena y se porta mejor) y me llenó de alegría y de vida.

También a ella, a mi sobri, me encanta descubrirle poco a poco esa personalidad arrolladora que tiene, explosiva, alegre e ingeniosa. Y ese poso de vieja con el que nació, que lo único que apuntaba era inteligencia en estado puro. Es muy tímida con los extraños, pero solo hasta que coge confianza, claro. Es un poquito enamoradiza para los chicos, y eso está muy bien, porque así tiene y tendrá más donde elegir, no hay que ser una tiquismiquis y una rara como alguna que yo me sé. Es despierta y lista como un conejillo. Lo del estudio se le da bastante mejor que a su hermano, aunque no necesita hacer grandes esfuerzos para sacar buenas notas y hacer bien los deberes. Quiere ser veterinaria porque le encantan los animales, y de momento y por fortuna para ella, que es natural y fresca como el viento, no parece mostrar mucha inclinación hacia las aficiones típicamente femeninas que ya son motivo de preocupación desde hace tiempo entre las cursis de sus amigas, como los trapitos, arreglarse el pelo, impostar las maneras, etc. Eso, dice, es cosa de "pijas". Ella siempre ha querido llevar zapatillas y pantalones como los que lleva su hermano, y no está dispuesta a renunciar a eso, según me ha confesado y según ha demostrado alguna vez, ni siquiera para gustar a un chico que le guste mucho a ella, porque "a un chico hay que gustarle una tal y como es" (ante tanta muestra de personalidad, sabiduría e ideas claras, yo, a mis 32 años, solo puedo quitarme el sombrero) y pocas veces hasta ahora ha dejado que yo la peine o haga otro tipo de cosas convencionales con ella (que, confieso, me encanta hacer), y hasta a veces me imita y me gasta bromas con eso, la ingrata (para reírnos las dos juntas), aunque creo que en el fondo comienza a verme en ese sentido, y a verse a sí misma, de otra manera, lo cual no se si es bueno, o no tanto, pero en fin; hasta me ha sorprendido alguna vez en los últimos tiempos pidiéndome que la maquille, por ejemplo, o que le ponga cremas y potingues varios... Quizás algo está cambiando, y más que tendrá que cambiar, quizás por desgracia, pero nunca ha sido una niña convencional en muchos aspectos, ni falta alguna que le hace, espero que conserve ese sello de su personalidad por mucho tiempo. Me quiere mucho y yo la adoro a ella. Una cosa te queda clarísima cuando está cerca... innegablemente Nuria está VIVA.

Estoy orgullosa de los dos por separado... aunque juntos formen una mezcla tan explosiva. No pueden vivir el uno sin el otro (literalmente) pero no hay día que estén juntos que no la líen parda, que es lo que me duele un poquito y la única rabia que me da cuando pienso en ellos. Pero yo estoy deseando volver para llevarles al cine otra vez, y al parque de atracciones con su tío Jose, que se lo tenemos prometido, y al sitio que ellos quieran que les lleve. Id pensándolo, chicos, Víctor y Nuri, porque cuando vuelva os llevo al sitio al que más queráis ir, a parte del cine y el parque de atracciones, os llevo el día o los días que sean al sitio que sea, cuando queráis y como queráis. Ya lo sabéis, aquí queda escrito, y públicamente además :) (pero eso sí, solo, SOLO si no discutís mucho el uno con el otro en estos menos de cinco meses que quedan... tenedlo en cuenta, porque me voy a informar muuuy bien) Os quiero mucho, mis pequeñajos.

6 comentarios:

Unknown dijo...

Ya tengo ganas de conocerlos. Ellos también estarán orgullosos de su tía, no me cabe duda. Feliz semana santa por aquellas tierras

Anónimo dijo...

Hola Rosa! Espectaculares las fotos...pero debes estar pasando un fresquitoooo fino. Feliz Semana Santa desde un Madrid casi desierto!!!

Anónimo dijo...

que se m ha olvidado!!! Soy Bárbara!!! a la que llevas a casita muchas noches con matias cuando salimos de cenita!!! Besos!

Marquesa Azul dijo...

Paula, ya me dirás qué te parece el mail que os he enviado a Susi y a ti. Eres un solete.

Bárbara!!! Qué alegría saber de ti ¿Cómo no me voy a acordar de nuestras conversaciones en Matías, llevándote a casa? Se os echa mucho de menos por aquí... Un besazo enorme, tenemos mucho que hablar. Fíjate, me imagino de nuevo en Madrid, conduciendo, que no sabes el mono que tengo de conducir, y cada día más, y llevándote a casa y que me cuentes qué tal el curro, el cursillo y todo lo demás, y me entra una nostalgia increíble. Estoy deseando volver a salir con vosotros!

Bosco dijo...

YO también quiero conocerlos.
Me he quedado frío de pensar que ya tienen 15 y 10 años!
Que mayores...que nos hemos vuelto!
Por cierto, que yo también quiero que me lleven al parque de atracciones

Enjoy!

Unknown dijo...

También a ellos se les habrá caído la babaza cuando hayan leído eso que les pones. Qué pezo tía.